El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

El «Antiguo» cementerio judío de Pristina, en la colina de Tauk Bahqe, cerca del barrio de Velania, data del siglo XIX, y tiene alrededor de 50 tumbas. Los estudiantes de la Universidad de Dartmouth y la Universidad Americana en Pristina trabajaron para limpiarlo y restaurarlo en el verano de 2011 (el cementerio fue catalogado como monumento protegido en 1967 pero estaba en condición de abandono). Construyeron una nueva entrada, repararon lápidas y las colocaron en su posición original. Unos meses después, algunos neonazis destrozaron el lugar, pero las autoridades municipales repararon los daños. Elvi Sidheri nos escribe sobre él.

 

Cuando estás en Pristina, aunque no se trate de una atracción muy popular por los escasos turistas que visitan la capital kosovar en estos días extraños del año singular que estamos viviendo, en el camino hacia el gran parque de Gërmia, a unos kilómetros del centro de la ciudad, hay un lugar muy especial que define el pasado de este lugar.

Es el viejo cementerio judío de Pristina, situado en un cerro sobre otro pequeño parque, el de Tauk Bahçe, con sus árboles, la sombra y un riachuelo que corre entre las hojas verdes (estamos en otoño, y se nota). Unas decenas de metros más arriba hay un montón de tumbas judías.

 

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

El parque de Tauk Bahçe, que en turco quiere decir “jardín de las gallinas”, está rodeado de otros cerros.

Son el cerro de Velania, donde vivía el presidente Ibrahim Rugova, y donde se encuentra su tumba, su casa y su lugar de trabajo durante el periodo de las instituciones paralelas al régimen de Milošević y la resistencia pacífica encabezada por él mismo, y el cerro de Taslixhe (nombre que parece derivar de la palabra turca “taş” que quiere decir piedra).

Dejando atrás un campo de futbol debajo de las rocas, entre dicho parque y el cerro del cementerio judío, subimos arriba mirando una central eléctrica en medio de algunos barrios abarrotados, y en menos de 200 metros estamos ya frente a las puertas abiertas del cementerio judío.

La tumbas están bastante ordenadas, decoradas y bien conservadas, aunque por cierto han pasado más de cien años desde la última sepultura que tuvo lugar en este cementerio, algo que se puede deducir viendo las fechas que todavía son visibles (y leíbles) en la mayoría de los casos.

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

La más vieja es del año 1880 (año 5641 según el calendario hebreo), mientras que la tumba más reciente es del año 1912 (año 5673 según el calendario hebreo), justo antes del inicio de las Guerras Balcánicas.

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

Otras tumbas nos muestran otros años, 1898 (el año 5659 hebreo), a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, un nuevo siglo que se revelaría muy difícil y cruel para la comunidad judía de toda Europa, cuarenta años más tarde con el Holocausto, pero también 1895 (el año 5656 hebreo), y finalmente 1904 (año 5665 en el calendario hebreo).

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

Una historia escrita en las tumbas durante más de treinta años y generaciones enteras arraigadas en Pristina, hombres y mujeres, comerciantes y gente simple, rabinos y quizás otros no creyentes, que vivieron, trabajaron, amaron, prosperaron, sufrieron y dejaron huellas indelebles en esta ciudad, su historia y su cultura.

Abundan en este cementerio judío las inscripciones en hebreo, los motivos florales, las Estrellas de David, con el caso específico de una tumba con cuatro medias lunas con la creciente y estrella, símbolo puramente musulmán, en una tumba judía, junto con las inscripciones en hebreo, que seguramente merece la pena ser investigado más profundamente por investigadores especializados en este campo. (Se trata de la tumba donde está escrito el año 5665).

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

A juzgar por el estilo de las inscripciones hebreas, la rica decoración, el uso cuidadoso de los símbolos y la calidad del mármol, este cementerio nos muestra a una comunidad hebrea, bien establecida en Pristina, y que honraba a sus muertos de la mejor y más digna manera posible.

Detrás del cementerio se erigen muchas casas de los habitantes albaneses que viven en el barrio adyacente, gente común que paseará cada día por este lugar, bajando el cerro para visitar el parque de Tauk Bahçe, adentrándose después en la ciudad.

Los niños juegan a pocos metros de las tumbas de unos hebreos desconocidos que una vez fueron ilustres ciudadanos orgullosos de Pristina, cuyos nombres se han perdido en el tiempo, y a lo mejor los puede leer quien conoce el alfabeto y el idioma hebreo.

Sentado en los bancos cerca de la entrada de este cementerio, se puede disfrutar de una maravillosa vista de algunas de las colinas de Pristina, y no es nada difícil de entender por qué los judíos que vivían en Pristina hace más de un siglo, eligieron exactamente este lugar para enterrar a sus muertos, aquellos que disfrutarían de esta panorámica durante toda la eternidad.

El viejo cementerio judío de Pristina, signo de un pasado no tan lejano

El tiempo ha borrado las letras, ennegrecido la superficie de las tumbas y los años han arrojado una sombra de olvido sobre estas personas, pero su presencia en esta ciudad no puede y nunca será olvidada, porque estas tumbas monumentales son la mejor evidencia del pasado de los judíos de Pristina.

La capital de Kosovo también solía tener su sinagoga, derribada durante el período yugoslavo, junto con otros objetos religiosos, dejando su lugar para la supuesta nueva cara moderna de Pristina.

Este cementerio, ubicado en la cima de uno de los cerros con mejores vistas de la ciudad, es la principal evidencia que puede ayudarnos a comprender el lugar de esta pequeña comunidad judía en el pasado de Pristina.

Según fuentes históricas, en Kosovo, a comienzos del siglo XX, había alrededor de medio millar, y a día de hoy, todavía viven en Pristina unos cincuenta judíos.

Este cementerio mantiene vivo el recuerdo de estos judíos olvidados de Pristina, una comunidad que una vez prosperó en este rincón de los Balcanes.

Dejamos este lugar, con la convicción de que este es uno de los mejores sitios para visitar (y reflexionar un poco) en Pristina.

 

Elvi Sidheri, escritor y traductor multilingüe de Tirana

 

 

 

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